lunes, 31 de agosto de 2020

Acerca del autor del blog


 

    A pocos días de cumplir mi undécimo trienio (es decir, ya llevo 33 años como profesor de instituto), intento cumplir una idea que me ronda la cabeza desde hace años y es la de intentar dar difusión a mis opiniones e investigaciones, basadas en todos estos años dando clase, por si pueden ser de utilidad para alguien. Esa figura tan común en el sistema anglosajón del 'teacher-researcher' y que en nuestro sistema educativo es prácticamente inexistente. Y, como cada curso, empiezo con renovadas energías, tal vez por mis andurreos estivales por las alturas en mi Bubión querido. En esta ocasión todo ha desembocado en el nacimiento de este blog.

    En esta primera entrada, y sin tener ninguna pretensión narcisista, quiero poner en antecedentes al lector para que se haga realmente una idea de donde pueden provenir las opiniones expresadas sobre los diferentes temas o para contextualizar las investigaciones a las que haga referencia. Probablemente para la mayoría, aparte de las obvias discrepancias, puedan resultar provenientes de una mente obsoleta o fuera de sí, pero lo que sí que es cierto es que están manchadas de tiza y de que en unos días mi garganta volverá a ponerse a prueba.

    Dicho esto, y para no extenderme más, empezaré diciendo la enseñanza sí que ha sido desde siempre mi vocación. Mi padre fue también profesor, pero nunca me alentó a ello, más bien todo lo contrario porque sabía de lo que se trataba. Por consiguiente, puedo decir que soy un privilegiado porque, a pesar de los pesares, me encanta mi trabajo, como  cuando empecé a los 14 años. Efectivamente con 14 años, y de manera desinteresada, tuve mi primera alumna bastante mayor que yo y que, habiendo dado francés, quería aprender algo de inglés.

    En el siguiente verano sí que empecé a dar clases particulares un poco más en serio comprometiéndome con 3 chavales, que estudiaban 3º BUP y a los que le había quedado la asignatura suspensa, para darles clases durante el verano. Y a partir de ahí, hasta la fecha.

    Elegí la carrera que me gustaba y la universidad en la que la quería estudiar (algo que no es tan fácil de decir en la actualidad). Al estar mi padre destinado en Alemania por el INBAD, tuve contacto con los sistemas educativos alemán, francés e ingles, porque tanto los 2 últimos años de secundaria como los 2 primeros de la carrera los fui distribuyendo por esos países. Esta circunstancia me hizo conocer esos sistemas educativos y creo que tal experiencia me ha enriquecido enormente mi labor docente.

    En la carrera era de los pocos, sino el único, que la asignatura llamada por aquel entonces Didáctica del Inglés e impartida por mi gran maestro Dr J. Neil D. McLaren era mi favorita. No obstante, hay que admitir la enorme influencia que tuvo en todos los que dimos esa asignatura tanto en 4º como 5º de carrera (además de Usos y Variedades del Inglés) o cualquier otra asignatura que hubiera dado este profesor. Como muchas veces he comentado y he podido comprobar al encontrarme con otros discípulos suyos, la enseñanza del inglés fue la gran beneficiada por estas tierras gracias a todas esas corrientes 'maclarianas'. Y ésa fue la guinda al pastel. Me refiero a mi vocación por la docencia.

    Estando en 4º empecé a trabajar en mi Tesina o Memoria de Licenciatura teniendo como director al mencionado Dr Neil McLaren y, como buen británico, me propuso que, aunque mi intención era ser profesor de enseñanza secundaria, hiciera un estudio de cómo se encontraba la situación en primaria para que tuviera un mejor conocimiento del tipo de alumnado que me iba a encontrar posteriormente en el instituto. Así fue como en octubre de 1987 llevé a cabo la defensa de mi trabajo: "Un  estudio  de  la  situación del inglés en 11  colegios  de  la provincia  de Granada a partir de la experiencia de los profesores de  E.G.B.".

    Tras otro curso en la Universidad de Salford (Greater Manchester, Reino Unido) aprobé las oposiciones en julio del 1988 con 23 añitos. Mi idea era seguir investigando y hacer la Tesis Doctoral, pero era importante primero coger experiencia y durante años no hubo cursos de doctorado relacionados con el campo de la didáctica. Fue en el curso 1994-1995, cuando ya sí los pude realizar y, aunque fue bastante duro, pues mi plaza estaba en el IES Gaviota (Adra, Almería). Eso sí, como era un placer trabajar con mi gran profesor, lo hice todo a fuego lento (inclusive hice unos cursos de doctorado extra referidos al tratamiento de datos, que significaron mi tímida aproximación a la Estadística y que tanto me sirvieron para evitar meter la pata en mis investigaciones como en la propia actualidad). Fueron 10 años combinando experiencias en clases, entrevistas a otros compañeros, cuestionarios a alumnos, grabaciones... y, por supuesto, elaborando el producto final. De este modo, el 9 de septiembre del 2003 llevé a cabo la defensa de la Tesis Doctoral: "IMPACTO DE LA PRUEBA DE SELECTIVIDAD EN EL DESARROLLO Y EVALUACIÓN DE LAS DESTREZAS ORALES. ESTUDIO DE UN CASO Y PILOTAJE DE PRUEBAS ORALES".  

    Vuelvo a reiterar que esto no es un ejercicio de narcisismo, sino que con todo este preámbulo pretendo decir que cuando se quiere dar una opinión sobre algo o hacer una propuesta (y llevamos ya unas cuantas leyes educativas a nuestras espaldas), hay que fundamentarlas en un trabajo de campo que en este país no se hace y, por supuesto, en una evaluación seria a posteriori, que tampoco en este país se hace. Ya tendremos tiempo de analizar el fenómeno del BILINGÜISMO en nuestro sistema educativo, por ejemplo. Igualmente, es necesario reinvidicar la figura del TEACHER-RESEARCHER (docente-investigador) para nuestro sistema educativo porque todo cambio, reforma, propuesta... debe provenir del aula y no de un despacho con aire acondicionado.

    Obviamente, después vendrá el proceso evaluativo y sus repercusiones. Esto es algo muy serio y las fuentes de información debe ser variadas para llegar a conclusiones basadas en la triangulación de la información si realmente estamos pensando en la calidad del producto que queremos generar.

    Son muchas las cuestiones que he dejado abiertas y que iré tratando cuando mis clases me dejen tiempo o como simple válvula de escape a todo lo que me bulle por la cabeza cada vez que oigo campanas de una nueva ley educativa o cuando veo cómo vamos a afrontar un nuevo curso escolar en el que nadie ha realmente evaluado cómo fue el anterior a causa de la pandemia y la digitalización de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, y al que hemos esperado a finales de agosto para llegar a unos mínimos sobre protocolos a seguir, pero en el que se ha hablado bien poco de aspectos académicos. ¿Cómo vamos a evaluar? ¿Vamos a volver a enmascararlo todo con aprobados generales y subidas de notas para después hacer que las notas de corte queden tan altas que forcemos a nuestros alumnos a las universidades privadas o a cursar estudios que no eligieron?...

 


 

    No se ha analizado nada y, como vengo diciendo a todo el que me encuentro, el bicho y la cuestión sanitaria han sido muy graves, la crisis económica que está generando es aún peor, pero en lo que NADIE HA PENSADO Y ES LO MÁS CRÍTICO DE TODO es en las GENERACIONES PERDIDAS que se van a derivar de todo esto. Son muchos los alumnos y familias que simplemente se han visto desbordados por la situación o, inclusive, que han pensado que han tenido un golpe de suerte por haberse visto aprobados sin haber hecho nada o por no haber hecho las cosas de manera honesta. Como en la obra de Charles Dickens 'Hard Times', nos esperan tiempos difíciles y sólo aquellos con la suficiente madurez podrán sobrevivir. Es duro decirlo, pero ésa es la triste realidad.


    Como no quiero acabar de manera pesimista, porque un docente tiene, y especialmente a días del comienzo de un nuevo curso, que ser optimista por naturaleza, este blog pretende ser constructivo, es decir, que analizando en lo que hemos fallado y en lo que hemos acertado, podremos plantear una solución mejor. Alumnos, dirigentes, familias, profesores... deberán hacer esa reflexión y actuar en consecuencia para no tropezar en la misma piedra.

    Un saludo a todos y, como diría un compañero mío, ÁNIMO A TODOS (nos va a hacer falta)!!!


J. Alberto Romero García