Mostrando entradas con la etiqueta Docencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Docencia. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de julio de 2025

¿De verdad escogemos a los mejores?

 


    Este es el tercer año consecutivo en el que se ha celebrado un concurso-oposición para el profesorado de Secundaria en la especialidad de inglés (cuerpo 590, especialidad 011) y nos encontramos, especialmente algunos con una larga trayectoria de casi 40 años en el sector de la enseñanza, con que los tiempos han cambiado drásticamente, y no precisamente para mejor. Sin embargo, lo que escuchamos o leemos en prensa es que tenemos a las generaciones mejor preparadas, somos plurilingües, dominamos las competencias digitales perfectamente... Todo una falacia, o como dirían en inglés "fake news".

    Por experiencia directa, ya que nuestros dos hijos se han presentado a los referidos procesos de selección, hace dos años vimos que el baremo, en el que jugaba un papel primordial la antigüedad en el cuerpo y la acumulación de títulos, era determinante para tener alguna opción. El curso pasado estaba destinado a la estabilización de los interinos y también fue misión imposible para aspirantes sin experiencia, aunque alguno colara. Sin contar con el hecho de que directamente ya se habían dado casos de interinos que habían conseguido tal estabilización por medio de un concurso de méritos, proceso sobre el cual se ciernen muchas sombras en cuanto a haber sido el filtro adecuado para escoger a los mejores. Y finalmente llegamos a este curso con una amplia oferta en diferentes materias, donde de repente nos damos cuenta de que hace falta la renovación/reposición de un cuerpo donde los que entramos hace más de 35 años nos jubilamos, estamos jubilados o nos vamos a jubilar.

    Antes de centrarnos en lo ocurrido el presente curso, haré un breve inciso sobre ese proceso de selección donde los baby-boomers tuvimos la oportunidad de poder entrar a trabajar en la docencia con 23 ó 24 añitos. Era un proceso donde el temario era más del doble porque prácticamente se basaba en todo lo estudiado en la carrera: una primera parte que incluía un tema a desarrollar por escrito de los 136 que creo teníamos (escogiendo entre una de 3 posibilidades escogidas al azar), se hacía una pausa (con lo cual no había posibilidad de dejar una página en blanco o parte de ella, razón por la que en el presente concurso se han invalidado pruebas), un práctico que constaba de una parte de nivel Proficiency o C2 no de dificultad máxima, con dos traducciones de español a inglés y a la inversa, para finalmente convocarte otro día a la lectura, donde te hacían leer una de esas partes (en mi caso fue la traducción al español, probablemente para aprovechar la ocasión y poder corregir dicha sección y así agilizar el proceso). Una vez superada esta primera fase (no recuerdo ni el número de aspirantes ni cuántos la pasaron ni cuantas plazas había porque tampoco teníamos tanta información y porque no son datos que yo haya tenido nunca la intención de retener, pero sí que sé que eramos bastantes los candidatos, bastantes los que la superamos y bastantes las plazas), se nos convocaba para la encerrona o presentación oral. Ésta consistía en desarrollar un tema creo de 3 que salían por sorteo y hacer referencias pedagógicas a cómo se desarrollaría en el aula tras haberte concedido al menos un par de horas para que el aspirante con todo el material que quisiera se encerrara en un aula y planificara toda su exposición a desarrollar en una hora aportando un breve esquema que al finalizar la sesión entregaría al tribunal.

    Pues, bien, esa generación fue la que arrancó el motor de la enseñanza del inglés en este país y, con todos sus fallos, creo que fue fundamental para la puesta en marcha  y desarrollo de tal tarea. Obviamente hay muchos aspectos muy mejorables, pero eso, aparte de ser otro debate que ahora no viene al caso, es más bien tarea de la Administración y del cuerpo de inspectores. 

    A la presente generación a la que hemos engañado, por todos lados y de manera consistente, inflándole la auto-estima y denominándola la mejor preparada, pero a la que hemos permitido aprobar con adaptaciones, titular con asignaturas suspensas, ir a Selectividad con una asignatura suspensa, graduarse teniendo una asignatura suspensa, obtener títulos de idiomas por doquier en entidades de dudosa fiabilidad le presentamos la gran oportunidad de su vida. Eso sí, esa gran oportunidad de su vida está repleta de un sinfín de detalles más o menos justificados y que no tienen nada que ver con su capacidad para desarrollar la tarea docente, tales como especificar claramente cuerpo y especialidad, no dejar ningún tipo de marcas en la prueba (considerando marcas huecos en blanco, o media cuartilla en blanco, por ejemplo) y saberse una serie de datos burocráticos y de normativa nada relevantes para su futura vida laboral y que la mayoría de los docentes desconocemos.

    Ellos también han tenido que desarrollar un tema de 3 posibles (produciéndose tal sorteo en cada tribunal) sin ningún tipo de marcas ni faltas de ortografía. Totalmente de acuerdo con esto último, pero eso sí una falta de ortografía no es un despiste. Como comentaba un aspirante en un artículo que leí estos días, escribir la palabra "cálido" una vez sin tilde cuando ésta aparece unas 20 veces en la prueba y cuando líneas más abajo estaba correctamente escrita con su tilde no debe ser contabilizada como tal. Así se invalidaron decenas de pruebas. Esa primera parte incluía igualmente un caso práctico de extrema dificultad. Y yo me pregunto con qué fin teniendo en cuenta lo que nos encontramos en las aulas de nuestros centros de secundaria. Todos los que obtuvieran un 5 pasaban a la segunda parte, siendo el anonimato hasta entonces total. En esa segunda parte se presentaba una programación didáctica de un nivel, obviamente supervisada previamente e inclusive tutelada por una academia o preparador, además de una presentación oral en la que se hacía referencia a ella y toda la normativa vigente y se desarrollaba una de las unidades (escogida por sorteo). Todo ello no exige ninguna originalidad ni espontaneidad. Es algo que el aspirante trae preparado y directamente, si me permiten la expresión, "vomita" en unos 60 minutos. Si se superaban ambas fases entraba en juego el baremo y se hacía la media entre las 3 partes para decidir los mejores de cada tribunal.

    En resumen, hasta ahora, todos sabíamos que el nivel de conocimientos, la suerte en los temas que salían, el sortear la dificultad del práctico, especialmente complejo este año, y si cabe la mayor o menor rigurosidad del tribunal que te tocara eran variables a tener en cuenta. Con lo que no se contaba es con que un tribunal tomará el papel de empoderarse y dirimir quién obtiene plaza o no una vez que le ponemos cara, nombre y apellidos a los aspirantes. 

    Todo esto viene a cuento por lo sucedido en dos tribunales en la provincia de Granada. En concreto nos referimos al Tribunal nº 21 de inglés, al cual se le concedieron 20 plazas a adjudicar tras la primera fase. Esto supone que todos los restantes hasta completar los 39 que superaron las 2 primeras fases son, a priori, aprobados sin plaza. Sin embargo, 3 candidatos más obtuvieron plaza en un reparto final de las plazas sobrantes en otros tribunales. Es importante hacer notar que en esa segunda parte el correspondiente tribunal decidió que casi el 90% era apto, lo cual entra dentro de la lógica por lo anteriormente mencionado.

    La otra cara de la moneda se produce en el Tribunal nº 20 de inglés, con sede en el mismo centro de Secundaria y al cual se le concedieron también 20 plazas, y en el cual superaron la primera prueba 40 aspirantes (por 44 del Tribunal nº 21). Y es aquí cuando se produce esa nueva circunstancia que cada uno puede denominar como quiera (empoderamiento del tribunal, manipulación...) ya sabiendo el nombre y apellidos de los aspirantes, sus baremos y su cara. Extrañamente de los 40 aspirantes sólo se consideran aptos el 50% (recordemos que el tribunal de al lado el porcentaje se elevaba a casi el 90%) dejando a 7 de los 20 primeros en la primera parte fuera al no considerarse aptos. Especialmente destaca el hecho de que los 3 mejores de la primera parte no llegaron al 5 exigido en esta segunda parte, que recordemos que es algo que traen elaborado y supervisado, y cuya exposición oral simplemente se "vomita". Por supuesto, en ese reparto final de las plazas sobrantes no se le adjudica ninguna a este tribunal porque son sólo 20 aspirantes los que han alcanzado el 5 en las dos primeras partes.

    ¿Diferencia de niveles entre los aspirantes del tribunal nº 21 que está puerta con puerta con éste? En absoluto, diferente estrategia: el tribunal nº 20 elimina en la segunda fase a la mitad de los aspirantes que aprobaron la primera fase (20 de 40), siendo especialmente llamativo que dejen fuera a los 3 aspirantes que sacaron la mejor nota en la primera fase. Si hubieran alcanzado éstos y otros aspirantes más el mínimo de un 5 en la segunda parte, habrían obtenido plaza esos 3 y alguno más con el reparto extraordinario final, como ha ocurrido en el tribunal de al lado.

    Esto debe ser motivo de reflexión para los miembros del tribunal nº 20, para los inspectores que supervisan el proceso y para la Administración, puesto que con esta maniobra la han puenteado en este proceso de selección. De este modo, el resultado habría sido más justo y probablemente tendríamos a mejores candidatos en nuestros institutos. Debería ser una exigencia la elaboración de un informe cuando se producen tales anomalías para la correcta justificación de tales resultados, como ocurre cuando esto se produce en un instituto con un grupo determinado.

    No obstante, si queremos a los mejores, debe ser la Administración y el cuerpo de inspectores los que supervisen de una manera rigurosa la posterior labor docente de los aspirantes y la de los docentes que ya estamos dentro del sistema. En otros países de Europa no hay tales procesos selectivos, sustituyéndose por años en prácticas en diferentes centros, donde se emiten informes por diferentes estamentos, se confrontan con resultados obtenidos por los alumnos tanto en las pruebas internas como en las externas y se triangula la información para llegar a conclusiones sobre la idoneidad de los individuos para la tarea docente.  

    En resumen, en mi humilde opinión, es necesaria la revisión de todo el proceso, aparte de otras actuaciones que garanticen un producto final de calidad. Además se debe tratar de unificar criterios y líneas de actuación entre los diferentes tribunales, salvaguardando los pilares establecidos por la Administración y empatizando en la medida de lo posible  con aspirantes que dedican un esfuerzo y un tiempo de sus vidas a la preparación de tales procesos de selección. Seguro que el nuestro no fue el mejor, pero sí que el Estado aprovechó el ímpetu y la inercia de una generación joven con ganas de trabajar y comerse el mundo. Ahora, por contra, parece que a las nuevas generaciones hay que quitarles gran parte de esa fuerza e ilusión por abrirse paso en la vida.

 

 

martes, 31 de enero de 2023

¡¡Nuestro gran maestro, el maestro de maestros!!

 

Dr. James Neil Douglas McLaren (doctorado por la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y que los avatares de la vida hizo que recalase en nuestra universidad, la Universidad de Granada) nos ha dejado hoy. ¡Mi maestro y el maestro de tantos (maclarianos si me permiten acuñar este término)!

 

Me acabo de enterar de la triste noticia de que ayer, martes, 17 de enero de 2023, nuestro querido maestro ya no está entre nosotros. El aprecio que sentía por él y la gran huella que dejó en mi y en mi manera de trabajar en el campo de la enseñanza me lleva a tener esta fecha como una de las más tristes de vida, pero en realidad, como pensaría Garcilaso de la Vega, él seguirá vivo entre todos los que lo recordamos, como ocurre con otros seres queridos.

No es fácil conocer a alguien que tan unánimemente haya sido tan admirado no sólo por su manera de transmitir conocimientos (cualesquiera que fueran: 2 años de didáctica, 1 año de usos y variedades, sus conferencias...), sino también por cómo predicaba con el ejemplo y como me hizo compreder la verdadera figura del docente como profesor-investigador, algo tan común en otros países, pero tan escaso en el nuestro y, sobre todo, tan poco incentivado. 

Le llegó la jubilación en el 2009 y este maestro de maestros, de generaciones enteras (que yo me he atrevido a denominar 'maclarianos' o  'movimiento maclariano') dejó huérfanas las aulas de su sabiduría. Era un profesor que enseñaba poniendo sus clases como ejemplo a seguir: ese hombre cargado con su maletón, esperando que la clase se silenciara, aflojándose la corbata o quitandósela cuando el calor apretaba, dejando su chaqueta en la silla y dándole un par de vueltas a las mangas de su camisa, repartiendo fotocopias, borrando la pizarra y escribiendo las claves, pautas... a seguir. Jamás he conocido el caso de cualquier otro profesor que de manera tan unánime recibiera ese reconocimiento de lo bueno que era en su trabajo y tampoco he oído que ni compañero ni alumno dijera una sola palabra negativa sobre él o la manera cómo enseñaba, estuviera o no de acuerdo. Eso, hemos de admitir, que en nuestro país es harto complicado de conseguir.


Aparte de mis años como alumno, también tuve el privilegio de que me dirigiera tanto mi tesina como mi tesis, y fue siempre un honor trabajar bajo su dirección porque siempre ha constituido la luz en este mundo (corazón) de tinieblas.Gran defensor de la figura del 'teacher-researcher' (profesor-investigador) y partiendo siempre de situaciones reales ('down to Earth'). Esta entrada, como la hecha en mi otro blog en inglés: Our great master , tengo la intención de que queden abiertas para seguir ahondando en mis reflexiones y esperando que otros maclarianos hagan sus contribuciones por medio de sus comentarios o publicaciones propias.


Durante días, semanas, y al no poder acompañado a familia y amigos en su último adiós, le he estado dando vueltas a cómo rendir homenaje a nuestro gran profesor, que puede que no sea tan famoso para el mundo en general, pero que ha servido de referencia y guía a tantas generaciones de profesores e investigadores. Esta entrada, como la hecha en mi otro blog en inglés: Our great master , tengo la intención de que queden abiertas para seguir ahondando en mis reflexiones y esperando que otros maclarianos hagan sus contribuciones por medio de sus comentarios o publicaciones propias.


He aquí algunos artículos y el twitter que publicó la Universidad de Granada:

La Universidad de Granada despide al profesor Neil McLaren (Granada Hoy)

La Universidad de Granada despide al profesor Neil McLaren (WebGranada.com)

Post on Twitter  

 

 ¡Larga vida a su idea de la docencia y a su manera de trabajar!     

 

Un maclariano. 

 

 

 

lunes, 31 de agosto de 2020

Acerca del autor del blog


 

    A pocos días de cumplir mi undécimo trienio (es decir, ya llevo 33 años como profesor de instituto), intento cumplir una idea que me ronda la cabeza desde hace años y es la de intentar dar difusión a mis opiniones e investigaciones, basadas en todos estos años dando clase, por si pueden ser de utilidad para alguien. Esa figura tan común en el sistema anglosajón del 'teacher-researcher' y que en nuestro sistema educativo es prácticamente inexistente. Y, como cada curso, empiezo con renovadas energías, tal vez por mis andurreos estivales por las alturas en mi Bubión querido. En esta ocasión todo ha desembocado en el nacimiento de este blog.

    En esta primera entrada, y sin tener ninguna pretensión narcisista, quiero poner en antecedentes al lector para que se haga realmente una idea de donde pueden provenir las opiniones expresadas sobre los diferentes temas o para contextualizar las investigaciones a las que haga referencia. Probablemente para la mayoría, aparte de las obvias discrepancias, puedan resultar provenientes de una mente obsoleta o fuera de sí, pero lo que sí que es cierto es que están manchadas de tiza y de que en unos días mi garganta volverá a ponerse a prueba.

    Dicho esto, y para no extenderme más, empezaré diciendo la enseñanza sí que ha sido desde siempre mi vocación. Mi padre fue también profesor, pero nunca me alentó a ello, más bien todo lo contrario porque sabía de lo que se trataba. Por consiguiente, puedo decir que soy un privilegiado porque, a pesar de los pesares, me encanta mi trabajo, como  cuando empecé a los 14 años. Efectivamente con 14 años, y de manera desinteresada, tuve mi primera alumna bastante mayor que yo y que, habiendo dado francés, quería aprender algo de inglés.

    En el siguiente verano sí que empecé a dar clases particulares un poco más en serio comprometiéndome con 3 chavales, que estudiaban 3º BUP y a los que le había quedado la asignatura suspensa, para darles clases durante el verano. Y a partir de ahí, hasta la fecha.

    Elegí la carrera que me gustaba y la universidad en la que la quería estudiar (algo que no es tan fácil de decir en la actualidad). Al estar mi padre destinado en Alemania por el INBAD, tuve contacto con los sistemas educativos alemán, francés e ingles, porque tanto los 2 últimos años de secundaria como los 2 primeros de la carrera los fui distribuyendo por esos países. Esta circunstancia me hizo conocer esos sistemas educativos y creo que tal experiencia me ha enriquecido enormente mi labor docente.

    En la carrera era de los pocos, sino el único, que la asignatura llamada por aquel entonces Didáctica del Inglés e impartida por mi gran maestro Dr J. Neil D. McLaren era mi favorita. No obstante, hay que admitir la enorme influencia que tuvo en todos los que dimos esa asignatura tanto en 4º como 5º de carrera (además de Usos y Variedades del Inglés) o cualquier otra asignatura que hubiera dado este profesor. Como muchas veces he comentado y he podido comprobar al encontrarme con otros discípulos suyos, la enseñanza del inglés fue la gran beneficiada por estas tierras gracias a todas esas corrientes 'maclarianas'. Y ésa fue la guinda al pastel. Me refiero a mi vocación por la docencia.

    Estando en 4º empecé a trabajar en mi Tesina o Memoria de Licenciatura teniendo como director al mencionado Dr Neil McLaren y, como buen británico, me propuso que, aunque mi intención era ser profesor de enseñanza secundaria, hiciera un estudio de cómo se encontraba la situación en primaria para que tuviera un mejor conocimiento del tipo de alumnado que me iba a encontrar posteriormente en el instituto. Así fue como en octubre de 1987 llevé a cabo la defensa de mi trabajo: "Un  estudio  de  la  situación del inglés en 11  colegios  de  la provincia  de Granada a partir de la experiencia de los profesores de  E.G.B.".

    Tras otro curso en la Universidad de Salford (Greater Manchester, Reino Unido) aprobé las oposiciones en julio del 1988 con 23 añitos. Mi idea era seguir investigando y hacer la Tesis Doctoral, pero era importante primero coger experiencia y durante años no hubo cursos de doctorado relacionados con el campo de la didáctica. Fue en el curso 1994-1995, cuando ya sí los pude realizar y, aunque fue bastante duro, pues mi plaza estaba en el IES Gaviota (Adra, Almería). Eso sí, como era un placer trabajar con mi gran profesor, lo hice todo a fuego lento (inclusive hice unos cursos de doctorado extra referidos al tratamiento de datos, que significaron mi tímida aproximación a la Estadística y que tanto me sirvieron para evitar meter la pata en mis investigaciones como en la propia actualidad). Fueron 10 años combinando experiencias en clases, entrevistas a otros compañeros, cuestionarios a alumnos, grabaciones... y, por supuesto, elaborando el producto final. De este modo, el 9 de septiembre del 2003 llevé a cabo la defensa de la Tesis Doctoral: "IMPACTO DE LA PRUEBA DE SELECTIVIDAD EN EL DESARROLLO Y EVALUACIÓN DE LAS DESTREZAS ORALES. ESTUDIO DE UN CASO Y PILOTAJE DE PRUEBAS ORALES".  

    Vuelvo a reiterar que esto no es un ejercicio de narcisismo, sino que con todo este preámbulo pretendo decir que cuando se quiere dar una opinión sobre algo o hacer una propuesta (y llevamos ya unas cuantas leyes educativas a nuestras espaldas), hay que fundamentarlas en un trabajo de campo que en este país no se hace y, por supuesto, en una evaluación seria a posteriori, que tampoco en este país se hace. Ya tendremos tiempo de analizar el fenómeno del BILINGÜISMO en nuestro sistema educativo, por ejemplo. Igualmente, es necesario reinvidicar la figura del TEACHER-RESEARCHER (docente-investigador) para nuestro sistema educativo porque todo cambio, reforma, propuesta... debe provenir del aula y no de un despacho con aire acondicionado.

    Obviamente, después vendrá el proceso evaluativo y sus repercusiones. Esto es algo muy serio y las fuentes de información debe ser variadas para llegar a conclusiones basadas en la triangulación de la información si realmente estamos pensando en la calidad del producto que queremos generar.

    Son muchas las cuestiones que he dejado abiertas y que iré tratando cuando mis clases me dejen tiempo o como simple válvula de escape a todo lo que me bulle por la cabeza cada vez que oigo campanas de una nueva ley educativa o cuando veo cómo vamos a afrontar un nuevo curso escolar en el que nadie ha realmente evaluado cómo fue el anterior a causa de la pandemia y la digitalización de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, y al que hemos esperado a finales de agosto para llegar a unos mínimos sobre protocolos a seguir, pero en el que se ha hablado bien poco de aspectos académicos. ¿Cómo vamos a evaluar? ¿Vamos a volver a enmascararlo todo con aprobados generales y subidas de notas para después hacer que las notas de corte queden tan altas que forcemos a nuestros alumnos a las universidades privadas o a cursar estudios que no eligieron?...

 


 

    No se ha analizado nada y, como vengo diciendo a todo el que me encuentro, el bicho y la cuestión sanitaria han sido muy graves, la crisis económica que está generando es aún peor, pero en lo que NADIE HA PENSADO Y ES LO MÁS CRÍTICO DE TODO es en las GENERACIONES PERDIDAS que se van a derivar de todo esto. Son muchos los alumnos y familias que simplemente se han visto desbordados por la situación o, inclusive, que han pensado que han tenido un golpe de suerte por haberse visto aprobados sin haber hecho nada o por no haber hecho las cosas de manera honesta. Como en la obra de Charles Dickens 'Hard Times', nos esperan tiempos difíciles y sólo aquellos con la suficiente madurez podrán sobrevivir. Es duro decirlo, pero ésa es la triste realidad.


    Como no quiero acabar de manera pesimista, porque un docente tiene, y especialmente a días del comienzo de un nuevo curso, que ser optimista por naturaleza, este blog pretende ser constructivo, es decir, que analizando en lo que hemos fallado y en lo que hemos acertado, podremos plantear una solución mejor. Alumnos, dirigentes, familias, profesores... deberán hacer esa reflexión y actuar en consecuencia para no tropezar en la misma piedra.

    Un saludo a todos y, como diría un compañero mío, ÁNIMO A TODOS (nos va a hacer falta)!!!


J. Alberto Romero García